Este dolor llevaba persistiendo en mi ser cada que me agachaba,
cada que respiraba, cada que recordaba....
En mi mente solo sobrevivía de esa época hostil y fría un vago recuerdo de su aroma; pero eso era más que suficiente para sentirlo en cada célula de mi ser...
Era tal la pesadumbre en mi espécimen, que el suplicio también habitaba en mis pensamientos, no podía hacer más, ya no aguantaría...
Cobré valor de mis miedos y busqué ayuda antes de que fuera demasiado tarde...
La cita estaba hecha... Hospital Juárez, 9:00 am
Llegaría al lugar y hora señalados... La sospechas estaban más que claras, sería canalizado a otro lugar, pero tan solo el recordar su nombre, se me eriza la piel.
"HOSPITAL NACIONAL DE CANCEROLOGÍA"
Mis más grandes temores empezaban a tener cierto sentido y se acumulaban a todas las demás sensaciones que se apoderaban de cada minuto de mi existir...
Lo que pasaría después, solo es el relato de un hombre moribundo y sin fe que se entregó a las indicaciones de la gente que se encargaría de cuidarlo y apoyarlo, pero solo era de manera autómata...
Lo podrido en mi organismo ya existía antes de que fuera diagnosticado con Cáncer colorrectal, supuestamente derivado de algo llamado "Síndrome de Lynch", lo cual la verdad ya me tenía sin cuidado después de que mi alma estaba tan descuidada...
Ahora me hallo aquí en esta plancha gélida e inerte esperando la intervención quirúrgica que relativamente salvaría mi vida....
La interrogante sería...
¿Comó curo mi alma?
ROBERTO MONTOY,
FEBRERO 2012,
MÉXICO, D.F.
